El Palacio Real de Madrid es la residencia oficial de Su Majestad el Rey de España, pese a que ni el Rey, ni ningún miembro de la Familia Real, tengan en él su residencia habitual. Actualmente es utilizado en los actos oficiales y en la celebración de las ceremonias de Estado.
Un poco de historia
Los orígenes del Palacio Real de Madrid o Palacio de Oriente, se remontan al siglo IX, en plena dominación musulmana de la Península Ibérica, cuando el emir Mohamed I edificó una alcazaba, para defender Toledo del avance de los cristianos, en el lugar donde hoy día vemos esta noble construcción. Una fortaleza defensiva que, tras la reconquista de Mayrit, por el rey Alfonso VI en el año 1083, sería utilizada por los reyes de Castilla, sobre la que años más tarde, en el siglo XVI, se construyó el Real Alcázar, que resultaría destruido por un pavoroso incendio ocurrido en la Nochebuena de 1734.
Felipe V, el primer rey de la nueva dinastía de los Borbones, fue el impulsor de las obras de construcción del nuevo palacio, que debería ser el asombro y envidia de las demás cortes europeas. El nuevo monarca quiso que el palacio, ocupase el mismo lugar que el Alcázar destruido, encargando al arquitecto, el italiano Felipe Juvara, que toda la construcción se realizara en piedra (blanca de la localidad madrileña de Colmenar y berroqueña gris de la sierra de Guadarrama) y ladrillo, con el objeto de que ningún incendio pudiera provocar una nueva tragedia. Tras el fallecimiento de Juvara, serían su discípulo Juan Bautista Sachetti, quien se encargaría de finalizar los planos definitivos para la construcción del Palacio de Oriente. Posteriormente otros arquitectos de la talla de Ventura Rodríguez (la Capilla Real) o Francesco Sabatini (la escalera principal), también participarían en la realización de tan magna obra.