Madrid en llamas. La «quema de conventos» de 1931.

La llamada «quema de conventos» fue una ola de violencia dirigida contra edificios e instituciones de la Iglesia Católica, que tuvo lugar entre los días 10 y 13 de mayo de 1931. Los disturbios comenzaron en Madrid, durante la inauguración del Círculo Monárquico Independiente de la calle Alcalá, y rápidamente se extendieron por otras ciudades de Andalucía y Levante, como Málaga, Valencia, Sevilla, Granada, Córdoba, Cádiz, Alicante y Murcia. Aproximadamente cien edificios religiosos ardieron total o parcialmente durante aquellos días. Se perdieron valiosas obras de arte, libros irreemplazables y objetos litúrgicos de gran valor, se profanaron cementerios de conventos y varias personas murieron o resultaron heridas. Y todo esto, cuando aún no había pasado ni un mes desde el 14 de abril de 1931, fecha en que fue proclamada la II República, tras las elecciones municipales celebradas el 12 de abril. Sin duda un mal presagio para el régimen recién instaurado.

«En Madrid el populacho, excitado por unos cuantos miserables, se echó a la calle e inició la estúpida y criminal e inmotivada ofensiva contra las iglesias y conventos, quemando y saqueando. Las turbas echaron sobre la República naciente el primer borrón y la primera vergüenza». (Alejandro Lerroux)

Monja rescatada del convento contiguo a la Casa Profesa de los JesuitasIglesia de los Carmelitas

No conviene olvidar que, durante los primeros meses de vida de la II República, hubo una clara oposición a todo aquello que representaba la Iglesia Católica, partidaria, como no podía ser de otro modo, del regreso de D. Alfonso XIII, y por tanto, de la monarquía. A la quema de conventos y edificios religiosos, siguió la expulsión de algunos prelados, como el Cardenal Segura, algunas disposiciones constitucionales claramente dirigidas contra la Iglesia, la secularización de los cementerios, la prohibición de los crucifijos en las escuelas, la disolución de la Compañía de Jesús, la ley contra las congregaciones religiosas, y la continua propaganda anticlerical. Mal comenzaba el asunto en un país como España, de profunda raigambre católica. Las dos Españas estaban a punto de mostrar su cara mas cruel.

Así comenzó, y así os lo cuento.

Manifestantes frente a la sede del Ciículo Monárquico Independiente en la calle AlcaládelGrupos de exaltados durante los graves acontecimientos del 11 de mayo de 1931 Sigue leyendo

Lucifer está empadronado en Madrid.

Que Lucifer siente una especial debilidad por Madrid es algo mas que evidente, como vais a poder comprobar a continuación. Han sido numerosas las visitas que el Principe de las Tinieblas ha hecho a la Villa y Corte a lo largo de su historia y para ello se ha servido de los medios mas variados, al fin y al cabo su poder es inmenso, por no decir infinito.

Celebración de un aquelarre

Comenzó paseándose por Castilla, donde las hechiceras de la primera mitad del siglo XVI invocaban al Diablo Cojuelo. Y como Madrid, desde que Alfonso VI la reconquistara en el siglo XI, siempre formó parte del Reino de Castilla, seguro que en alguna de aquellas giras por tierras castellanas se dejaría caer por aquí, aunque no haya constancia de ello. De modo que podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que fue entonces cuando nació el idilio entre Lucifer y la capital de España.

«Estos cinco dedos pongo en este muro, cinco demonios conjuro: a Barrabás, a Satanás, a Lucifer, a Belcebú, al Diablo Cojuelo que es buen mensajero, que me traiga a Fulano luego a mi querer y a mi mandar»

«Señor de la calle, señor de la calle, señor compadre, señor cojuelo, que hagáis a ______ que se abrace solamente a mí y que me quiera y que me ame, y que si es verdad que me ha de querer, que ladre como perro, que rebuzne como asno y que cante como gallo»

Convento de San Plácido

En 1625, reinando en España Felipe IV, el Diablo hizo una visita a las monjas del convento de San Placido, situado en el 9 de la calle de San Roque, en el corazón del actual barrio de Malasaña. (Ver la entrada titulada «El convento de San Plácido, su iglesia y los escandalosos sucesos que entre sus muros acontecieron», publicada en julio de 2014).

El Diablo Cojuelo

En 1641 el escritor Luis Vélez de Guevara fue el instrumento utilizado por Satanas para visitar Madrid. La obra: El Diablo Cojuelo, que narraba las andanzas de nuestro diabólico protagonista junto al personaje del hidalgo estudiante Don Cleofás Leandro Pérez Zambullo, que huye de la justicia por una cuestión de faldas, refugiandose por casualidad en el desván de un astrólogo que tiene encerrado a un diablo en una botella. El diablo le suplica que le libere y Cleofás accede. A cambio, el que se presenta como Diablo Cojuelo lleva al hidalgo a un mágico viaje en el que desde las alturas ve el interior de las casas de Madrid como si las hubieran despojado de sus tejados, dejando ver los vicios e hipocresías del Madrid de los Austrias.

Palacio Real 5

Durante las obras de construcción del Palacio Real, iniciadas en 1738, tras el incendio que destruyo por completo el Real Alcazar, afirman las crónicas de la época que, Satanás se apareció a los obreros que allí trabajaban. (Ver la entrada titulada «El Palacio Real de Madrid. Historia, leyendas y secretos de un noble edificio», publicada en junio de 2014).

Vista de la Real Casa de Correos en la Puerta del Sol en el siglo XIX Sigue leyendo

Ramón de Mesonero Romanos, cronista y bibliotecario perpetuo de la villa de Madrid.

Mi pluma… seguirá, como siempre, el impulso de mi carácter, la libertad de mi pensamiento, que consiste en escribir para todos en estilo llano, sin afectación ni desaliño, criticar sin encono; aplaudir sin envidia, y aspirar en fin, no a la gloria de grande ingenio, sino a la reputación de verídico observador” (Escenas Matritenses – Ramón de Mesonero Romanos)

Calle de Mesonero Romanos

La primera mitad del siglo XIX supuso una auténtica revolución literaria con nuevas tendencias y escuelas fruto de los nuevos credos políticos e ideológicos, cuyo resultado fue una producción de gran personalidad y originalidad. Algunos escritores se introdujeron de lleno en la realidad española sirviéndose del género costumbrista y de los periódicos y revistas de la época, para difundir su particular visión de los grandes cambios que estaba viviendo la conservadora sociedad española. El costumbrismo de principios del XIX pretendía ser una crónica de los profundos cambios que se estaban viviendo en España tras la Guerra de la Independencia, deteniéndose, en ocasiones con nostalgia, en otras con ironía o sarcasmo, en las costumbres, los ritos y hábitos sociales, la vestimenta, la vida ciudadana, la política, la administración, las tradiciones o los rincones pintorescos, condenados a desaparecer ante los continuos cambios de la sociedad, para quedar como un recuerdo de épocas pasadas. Entre estos escritores destacaron por sus especiales dotes de observación, Serafín Estébanez Calderón, Mariano José de Larra y nuestro protagonista: Ramón de Mesonero Romanos.

Manual de Madrid - Ramón de Mesonero Romanos Escenas Matritenses - Mesonero Romanos El Antiguo Madrid - Ramón de Mesonero Romanos Sigue leyendo

De como el Teatro Real cayo rendido ante el arte de los Ballets Rusos de Diaghilev

Hubo un hombre que elevó el ballet a la categoría de arte

Serguéi Diaghilev (1872-1929) fue un visionario, un productor y mecenas, que a través de su compañía de danza dio a conocer al mundo la importancia del arte ruso y especialmente de sus ballets. En el París de 1909, Diaghilev consiguió reunir a los mejores bailarines del Ballet Imperial del Teatro Marinsky de San Petersburgo (entre ellos Vaslav Njiinsky y Ana Paulova) junto con los mas innovadores coreógrafos y artistas plásticos del Art Nouveau imperante en aquel momento en toda Europa. Eran los primeros pasos de una compañía única que revolucionaría y  revitalizaría el mundo de la danza. En 1911 Diaguilev y su equipo abandonarían el Ballet Imperial viviendo su etapa de mayor gloria hasta 1929, año en el que Diaghilev muere en Venecia, tras lo cual, la compañía se disolvió. La compañía actuó en los mejores teatros de la época y gracias al mecenazgo de D. Alfonso XIII, también en el Teatro Real de Madrid.

Diaghilev por Valentin Alexandrovich Serov

Uno de los aspectos mas importantes de la creatividad de Diaghilev fue su enorme capacidad para coordinar la creatividad de los artistas mas representativos e importantes en cada una de las áreas que sus ballets requerían. Una lista de genios realmente impresionante, que incluye desde músicos como Stravinsky, Debussy, Ravel, Satie, Falla, Prokófiev, Rimski-Kórsakov, hasta artistas plásticos como Braque, Matisse, De Chirico, Picasso, Miró, Juan Gris, Sert, e incluso Coco Chanel, y escritores como Jean Cocteau. Pero nada de esto hubiera sido posible sin los bailarines, como Nijinsky, Fokin, Balanchine, Lifar, Paulova, Karsávina, Nijinska, Massiner… Y de esta capacidad única surgieron Los Ballets Rusos y su nuevo concepto de danza, germen de una innovadora y revolucionaria estética que marcó un antes y un después en el ballet europeo. Diaghilev, gracias a estas arriesgadas aventuras estéticas, que no siempre eran comprendidas por los asistentes a sus representaciones, hizo llegar a través del ballet las vanguardias del siglo XX al gran público.

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El Hotel Palace. Historia, curiosidades y anécdotas de un establecimiento centenario.

En los hoteles siempre ocurren cosas, hechos curiosos, anécdotas, que despiertan la curiosidad de los ciudadanos. Quien estuvo alojado y en que habitaciones, que acontecimientos tuvieron lugar y porque, en sus salones, o incluso dramas personales debidos a guerras, incendios o derrumbamientos. El madrileño Hotel Palace es uno de esos hoteles con muchas historias que contar. 

Hotel Palace Hotel Palace Madrid 1912

Por sus salones y habitaciones han pasado personajes  tan carismáticos como García Lorca, Unamuno, Einstein, Buñuel, Picasso, Dalí que se alojaba en la suite 136 con su inseparable Gala, Hemingway, Pavarotti, Borges, Zuloaga, Camba, Blasco Ibáñez,  Maria Curie, Nijinsky, Diaghilev, Stravinsky, Kokoschka, Einstein, los toreros Juan Belmonte, El Gallo y Manolete, Orson Welles, Rod Stewart… una lista realmente interminable.

NijinskySergei DiaghilevIgnacio ZuloagaManoleteVicente Blasco IbañezMiguel de UnamunoAlbert EinstenPicassoOrson WellesMarie CurieMichel JacksonRod Stewart

También el Rey del Pop, Michael Jackson,  paso por el Palace y como anecdota curiosa pidió que en sus habitaciones se instalase una tarima para poder practicar sus pasos de baile. Además, el cantante se trajo su propio chef que se encargaba de prepararle sus menús especiales. Ya se sabe, exigencias y manías de los famosos, como cuando Salvador Dalí pintó algunas habitaciones del hotel. Un arte realmente efímero, ya que cada vez que el genio de Cadaqués daba rienda suelta a su espíritu creador, la camarera de pisos los borraba. ¿Os imagináis lo que valdrían ahora?

Un hotel con mucha historia

Se puede afirmar sin temor a equivocarse, que mientras el hotel Ritz fue siempre el hotel de la realeza y la aristocracia, el Hotel Palace era el hotel de los intelectuales y los artistas, como iremos viendo a continuación.

 Plano de Texeira mostrando la zona donde se construyo el Hotel Palace

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Madrid, 22 de noviembre de 1975 – Juan Carlos I, rey de España

Ese día amaneció con un sol radiante, un cielo azul, luminoso, madrileño hasta el tuétano, sin una sola nube que pudiera ensombrecer la histórica jornada.

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A las 8 de la mañana, la Carrrera de San Jerónimo ya estaba abarrotada de miles de españoles, que no se querían perder ni un detalle de lo que estaba a punto de suceder ante sus ojos. Tras 44 años de historia convulsa y trágica, con una II Republica incapaz de gobernar España, una Guerra Civil fraticida y sangrienta y una dictadura que acababa de tocar a su fin, la monarquía regresaba a España en la persona de D. Juan Carlos de Borbón y Borbón, que a partir de ese día iba a ser el rey de todos los españoles con el nombre de Juan Carlos I.

Y lo ha sido, ¡Vive Dios, que lo ha sido!

Corona y cetro

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El Palacio Real de Madrid. Historia, secretos y leyendas de un noble edificio

El Palacio Real de Madrid es la residencia oficial de Su Majestad el Rey de España, pese a que ni el Rey, ni ningún miembro de la Familia Real, tengan en él su residencia habitual.  Actualmente es utilizado en los actos oficiales y en la celebración de las ceremonias de Estado.

Alcazar

Un poco de historia

Los orígenes del Palacio Real de Madrid o Palacio de Oriente, se remontan al siglo IX, en plena dominación musulmana de la Península Ibérica, cuando el emir Mohamed I edificó una alcazaba, para defender Toledo del avance de los cristianos, en el lugar donde hoy día vemos esta noble construcción. Una fortaleza defensiva que, tras la reconquista de Mayrit, por el rey Alfonso VI en el año 1083, sería utilizada por los reyes de Castilla, sobre la que años más tarde, en el siglo XVI, se construyó el Real Alcázar, que resultaría destruido por un pavoroso incendio ocurrido en la Nochebuena de 1734.

Felipe V - Miguel Jacinto Meléndez - Óleo sobre lienzo

Felipe V, el primer rey de la nueva dinastía de los Borbones, fue el impulsor de las obras de construcción del nuevo palacio, que debería ser el asombro y envidia de las demás cortes europeas. El nuevo monarca quiso que el palacio, ocupase el mismo lugar que el Alcázar destruido, encargando al arquitecto, el italiano Felipe Juvara, que toda la construcción se realizara en piedra (blanca de la localidad madrileña de Colmenar y berroqueña gris de la sierra de Guadarrama) y ladrillo, con el objeto de que ningún incendio pudiera provocar una nueva tragedia. Tras el fallecimiento de Juvara, serían su discípulo Juan Bautista Sachetti, quien se encargaría de finalizar los planos definitivos para la construcción del Palacio de Oriente. Posteriormente otros arquitectos de la talla de Ventura Rodríguez (la Capilla Real) o Francesco Sabatini (la escalera principal), también participarían en la realización de tan magna obra.

Plaza de Oriente (25)

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Madrid, 31 de mayo de 1906. Una boda real que acabó en tragedia.

ABC VIERNES 1 DE JUNIO DE 1906. UNA BOMBA DE DINAMITA CONTRA EL COCHE REAL.

EL ATENTADO

“Llegaba la comitiva en medio de vítores y aclamaciones a la parte de la calle Mayor, frente a la calle de San Nicolás. La carroza se encontraba a la altura del nº 88 de la calle Mayor, cuando se oyó una formidable detonación. Eran las dos y cuarto de la tarde. La gente se arremolinó, loca de terror, sin saber ni darse cuenta de lo que hubiera pasado»

«Los cuatro troncos de caballos tordos claros que arrastraban el carruaje ocupado por los Reyes, espantáronse, emprendiendo veloz carrera y arrastrando algunos pasos al caballo de varas del lado derecho, que cayó estremeciéndose violentamente y arrojando gran cantidad de sangre. El cochero, herido también, cayó al suelo desde lo alto del pescante»

«El general Aznar, que estaba ante la Capitanía general, acudió con su Estado Mayor al lado de la carroza de los Monarcas. Se vio á la Reina Victoria asomarse a la ventanilla derecha, sacar el busto fuera y hacer ademanes para tranquilizar a la multitud aterrada. Por la misma ventanilla, y con evidentes señales de la tremenda impresión que había recibido, se asomo el Rey”

Atentado Alfonso XIII 1 Atentado Alfonso XIII 2

Así comenzaba la crónica del diario ABC del día 1 de junio de 1906, en la que se daba cuenta detallada, del atentado perpetrado el día anterior por el anarquista Mateo Morral contra los reyes, cuando tras su boda, celebrada en la iglesia de San Jerónimo el Real, “Los Jerónimos”, se dirigían en su carruaje hacia el Palacio Real, donde poco después debía celebrarse una cena de gala, que se suspendió, como muestra de respeto a las víctimas. Sigue leyendo

Tras las Huellas de Mariano Benlliure.

Un breve apunte biográfico.

Benlliure hacia 1902

Mariano Benlliure nació en el barrio del Carmen de Valencia, el 8 de septiembre de 1862, en el seno de una familia de gran tradición artística. Su padre, Juan Antonio Benlliure Tomás realizaba trabajos de decoración de viviendas dibujando falsas perspectivas, jarrones, guirnaldas…, una tipo pintura decorativa muy de moda en la época, y sus hermanos Juan Antonio y José Benlliure, alcanzaron cierto éxito como pintores. 

Mariano Benlliure en el estudio de su hermano José

Artista precoz, con tan solo los trece años participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1876 presentando un grupo escultórico de cera llamado La cogida de un picador. Sin embargo, en aquella época estaba dedicado principalmente a la pintura que siguió cultivando tras trasladarse a París junto a su maestro Domingo Marqués. En 1879 viajó a Roma, donde, fascinado por Miguel Ángel, abandonó los pinceles para dedicarse de forma exclusiva a la escultura.

Accidenti! Jose de Ribera

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid de 1884, Benlliure obtuvo la segunda medalla por Accidenti!, una preciosa y entrañable escultura de un monaguillo que se quema con el incensario, tras declararse desierto el primer premio. Un galardón que daría el impulso definitivo a su carrera. En 1887 se establece en Madrid, donde, en la Exposición Nacional de dicho año, obtuvo primera medalla por la estatua del pintor Ribera. Su nombre y su estilo, de un naturalismo detallista y minucioso, un impresionismo espontáneo, de modelado nervioso, se hacen rápidamente famosos, hasta el punto de que el rey D. Alfonso XIII le encargó numerosos e importantes trabajos para la Casa Real.

 exposicion benlliure familia-real

 Benlliure con D. Alfonso XIII Dª Victoria Eugenia con los Hnos. Benlliure

En 1895 obtuvo la medalla de honor por la escultura del poeta Trueba, instalada en Bilbao, ciudad para la que también hizo la estatua de su fundador, don Diego López V de Haro. Es reseñable Fue Director de la Academia de España en Roma, Director General de Bellas Artes y Director del Museo de Arte Moderno de Madrid, así como miembro de diversas Academias de Bellas Artes en Madrid, Valencia, Zaragoza, Málaga, San Lucas de Roma, Milán, Carrara y París, y recibió innumerables condecoraciones como la Legión de Honor francesa, Comendador de la Orden de la Corona italiana o la Gran Cruz de Alfonso X de España. Falleció el 9 de noviembre de 1947 en Madrid, siendo sus restos trasladados hasta Valencia con todos los honores para ser enterrado junto a sus padres en el cementerio del Cabanyal.

   ABC Benlliure 1 Tumba Mariano Benlliure ABC Benlliure 2 Sigue leyendo

De la Casa del Ataúd al Edificio Metrópolis.

Mucho ha cambiado el centro de Madrid desde que el 4 de abril de 1910, el rey D. Alfonso XIII, piqueta en mano, diera comienzo a las obras necesarias para la construcción de la Gran Vía. Todo comenzó con el derribo de la Casa del Cura, anexa a la iglesia de San José, en la calle de Alcalá.

Gran Vía 4 - Casa del Cura Gran Vía 4 (2)

Lo que ahora es una de las principales arterias de Madrid, antes no era sino un denso conglomerado urbano, con decenas de manzanas de casas de vecindad, conventos, iglesias y colegios, apiñados en sinuosas y estrechas calles, que pedían una renovación inmediata, una gran avenida que diera un respiro al envejecido, insalubre y trasnochado centro de la capital.

Iglesia de San José y la Casa del Cura Calle Alcalá 13

Y así, con la expropiación de 33 solares y la demolición de casi 300 casas, 15 calles desaparecidas, cambios y recortes en el trazado de otras 34, como la calle de San Miguel o la de Jacometrezo, 14.000 metros de cañerías y 274 farolas eliminadas, 9.000 metros cuadrados de aceras levantadas, y 29.000 metros cuadrados de adoquines, nació la Gran Vía madrileña. Madrid, por fin, había entrado en el siglo XX.

 Calle Alcalá 18 Alcalá 2 (2)

Entre las víctimas de los derribos necesarios para que tan gran obra llegara a buen término, uno de los más significativos de todos fue el de la llamada Casa del Ataúd, por ser uno de los primeros, por su macabro nombre, y por su situación privilegiada, aunque no estuviera situada exactamente en el futuro trazado de la Gran Vía, sino en la calle de Alcalá. Un edificio de 4 plantas, que debido a su forma y su estrechez, los madrileños, con su habitual desparpajo y sentido del humor habían bautizado con tan macabro y tétrico nombre.

Casa del Ataud 5 Casa del Ataud 1 Sigue leyendo